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La pragmática y la idealista

  • E. Erazo
  • Mar 12, 2018
  • 2 min read

Leí esta semana los discursos sobre el voto femenino presentados por Victoria Kent y Clara Campoamor ante las Cortes.

Puedo ver como las dos mujeres pensaron que su postura sobre el voto femenino era la mejor opción para su país. La diputada Kent, en su argumento, construyó un caso focalizado en el bien superior de la República entera. Ella dice "no es cuestión de capacidad; es cuestión de oportunidad para la República". En esto, Kent prioriza el bienestar del estado en lugar de la igualdad de la mujer. En un argumento profético, ella reconoce que las mujeres de España, todavía no estaban "liberadas en su conciencia". Entonces, ellas no podían ver los beneficios que la República podría traer a España. Ella creyó que fue "peligroso conceder el voto a la mujer". Aunque Kent tenía razón, este argumento de oportunidad fue persuasivo en un gobierno básicamente en basado en ideales de libertad y democracia.

Es obvio que en el comienzo de la República, había un gran esperanza por parte de los partidarios la República. Podemos ver esto en el discurso de Kent. Pero también, la República existía en el contexto de una España que todavía tenía obstáculos en relación con la igualdad de los sexos. Aunque la República fomentó la idea de la igualdad de los géneros, ¿podría implementar esto en un país con su historia de desigualdad? Y más, con respeto al argumento de Kent, ¿las mujeres de España tenían una conciencia de buena forma e independiente con respeto a temas políticas?

Según Campoamor, la respuesta es "si". En su discurso, ella enumera como las mujeres de España habían demostrado "señales de vida por la República". Ella desarma los argumentos de Kent, y demuestra como las mujeres no existen en ignorancia ya que sus niveles de analfabetismo han disminuido cada año. Ella hacía una solicitud a los ideales y principales de la República y su lugar como un gobierno progresivo de la historia. Ella denegra los argumentos contra el voto femenino como anticuados y obsoletos. Con este método, ella anima a los diputados a votar a favor del voto femenino.

Cuando yo leí los debates entre Kent y Campoamor, no vi a una mujer contra el voto femenino y otra mujer a favor, sino dos mujeres que apoyan el derecho del voto femenino. Ellas simplemente había desde diferentes estrategias que usaron. Es la diferencia entre la pragmática que estaba dispuesta a postergar el voto por el futuro de la República y la idealista que lucha para realizar las metas de la República. Y la historia ha afirmado que Kent tenía la razón: las mujeres apoyaron a la Derecha. Este hecho hace que me pregunte: ¿Qué tipo de persona soy? ¿Soy una idealista que lucha por ideales aunque al final no me favorezcan? O ¿soy pragmática, y puedo ver y hacer concesiones para ganar un futuro mejor y más seguro?

Creo que soy el tipo primero. Pues, hay un bien y un mal, y prefiero luchar por el bien. En verdad, también, creo que hay una necesidad para los dos tipos. Los pragmáticos pueden transigir cuando sea necesario para progresar y los idealistas pueden demandar cada vez más.

Y tú - ¿Qué tipo eres?

 
 
 

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