Pilar Primo de Rivera y la Sección femenina
- Elizabeth Erazo

- Apr 18, 2018
- 3 min read
Esta semana leí tres discursos del líder de la Sección femenina, Pilar Primo de Rivera y también vi un documental sobre la S.F. y su rol en España durante la dictadura. El documental está disponible para ver aquí. También sus discursos están disponibles para leer aquí (PDF). Pero tengo que advertir que esta fuente es un sitio falangista - no supe esto hasta cuando lo tome y no quiero dar publicidad a su sitio.
La S.F. era la facción de mujeres de la Falange en España. Fue una organización con una jerarquía fuerte, con la Delegada Nacional, quien fue Pilar Primo de Rivera, en la posición de poder más alto, abajo solo de Franco y del delegado del Movimiento (Muñoz 391). Una gran parte del propósito de la S.F. fue “la formación auténtica de las mujeres” (Primo de Rivera 5). En estos discursos a sus jefes, la mujer fue descrita como un ser con el “espíritu de servicio y sacrificio”, disciplinada y justa, con una “misión colosal…[de] formar “familias con una base exacta de austeridad y de alegría” y ser “el verdadero complemento del hombre” (5-6).

Esta “misión colosal” fue marcado con una demanda absoluta de obediencia desde los jefes al partido. Ella dice que “Tenéis que saber, camaradas, que cuando se os dé una orden hay que cumplirla sin excusa...la cuestión es que tiene que cumplir lo que se le mande, porque no hay obstáculos cuando se tiene voluntad de hacer una cosa” (3) y otra vez en su juramento: “Juro no tener otro orgullo que el de la Patria y el de la Falange y vivir siempre bajo la Falange en obediencia y alegría, ímpetu y paciencia, gallardía y silencio...Juro lealtad y sumisión a nuestros Jefes...Juro dondequiera que esté, para obedecer o para mandar, respeto a nuestras jerarquías, del primero al último cargo.” (4)
En adición, la identidad de la mujer en S.F. era construido completamente en relación con el partido: “Por eso el mayor rigor tenemos que ponerlo en conseguir que vuestra conducta y vuestras reacciones sean absolutamente falangistas”. Ella demanda “...un total acoplamiento de vuestra conducta al modo de ser de la Falange, que, una vez conseguido esto, encontraréis tan completa vuestra vida, que ya no habrá en ella ni un solo punto vacío, y así será más perfecto el servicio de la Falange, servicio que por vuestra propia y libre voluntad habéis escogido” (Primo de Rivera 23).
Entonces, fue una construcción de la identidad femenina como una mujer obediente, sumisa, abnegada y sobre total, falangista. Pero en adición, había un énfasis en otras cualidades que me pone sorpresa. Por ejemplo, el primo de Rivera prometía educación deportiva y la universitaria para las mujeres, pero no podemos olvidar la motivación de esto: fue para equipar las mujeres a ser “el verdadero complemento del hombre. Lo que no haremos nunca es ponerlas en competencia con ellos, porque jamás llegarán a igualarlos...ya veréis cómo estas mujeres, formadas así con la Doctrina cristiana y al estilo nacionalsindicalista, son útiles en la familia, en el Municipio y en el Sindicato” (6). En otras palabras, esta educación solo beneficio a los hombres, la familia y el estado. Fue más o menos un propósito eugenésico.
Pero la educación y salud todavía son importantes y este acceso para las mujeres fue algo nuevo, especialmente en los sectores conservadores. En adición, más tarde en el año 1961, ella ayudó pasar una ley de Derechos Políticos, Profesionales, y de Trabajo de la Mujer lo cual expandió protecciones para mujeres trabajando con ganancias iguales, la prohibición de la discriminación del sexo, y también el derecho de la mujer casada a trabajar. En esto, aunque Primo de Rivera no fue alguien “progresiva” todavía ella ayuda a expandir los roles del ‘género en España, quedado soltera hasta su muerte en 1991.



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